Todos los artículos
Todos los artículos Guías de avituallamiento Deporte Consejos de entrenamiento Atletas Diversidad Serie de información para deportistas Noticias Sin categoría Recetas Podcast Sin categoría Productos y Recetas Vídeos Guías de productos

POR QUÉ NO SIEMPRE PODEMOS MEDIR NUESTROS MAYORES ÉXITOS

Cuando SiS me pidió que escribiera sobre mis mayores logros de este año, al principio me burlé, no había conseguido ninguno, al menos en el sentido cuantitativo. Pero para la inmensa mayoría de los que hacemos deporte, los criterios de los campeonatos del mundo no están en nuestro radar, así que seguramente hay algo más en este juego que la búsqueda de la excelencia, lo bueno, lo mejor y lo mejor.

¿Qué pasa con todas esas medidas cualitativas y subjetivas que no se pueden medir en vatios, kilogramos, pulsaciones por minuto o incluso trofeos?

La ludopatía ha saltado a los titulares en los últimos meses, una adicción a menudo oculta, pero que sin embargo tiene consecuencias devastadoras. Los carteles nos recuerdan que cuando se acaba la diversión, hay que parar. Hace tres años hice precisamente eso, de alguna manera mi adicción a nadar-bici-correr ya no me gustaba, mi cuerpo estaba hecho pedazos y mi mente se sentía miserable. Perder mi identidad fue duro, el deporte era todo lo que me definía, y cuando volví a practicarlo un año más tarde, me costó ver que no era un defecto en mí mismo el hecho de no estar en las líneas de salida de élite. Este año no acabé persiguiendo una licencia profesional para 70.3 como pensé que podría hacer. Está claro que este año no ha sido un año de excelencia atlética para mí, lo que no ha pasado del todo desapercibido, con algún que otro mensaje preguntándome si ya no corría ((no, sólo hago footing)).

Pero maldita sea, a pesar de todo esto me lo he pasado muy bien. Entrenar como una élite me ha enseñado mucho sobre la ciencia del deporte, mi cuerpo, mis límites. Pero también el entrenamiento de élite suele estar estructurado de forma muy concreta, en un delicado equilibrio, con poco margen para la diversión espontánea. Este año he tenido la libertad de correr lo que me apetecía de forma caprichosa, he tirado el libro de reglas y he hecho lo que me ha dado la gana. Este verano, cuatro amigos míos se subieron a un monovolumen para recorrer el sur de Francia, con un conocimiento muy rudimentario del idioma, y corrieron seis días seguidos, sin tener ni idea de lo que estaba pasando, pero impulsados por el éxito de Inglaterra en el fútbol y su afición por el vino y las baguettes. Corrí en París en un circuito de pruebas para los Juegos Olímpicos de 2024, y subí pedaleando el famoso Alpe d'Huez con la rueda delantera pinchada en la carrera más dura de mi vida. En agosto, viajé por el sudeste asiático simplemente porque podía, ya no estaba limitado a dos semanas fuera de temporada en octubre o a un destino diseñado para bicicletas de ciclismo. Volví y corrí un poco más, dirigiéndome a Jersey para nadar, correr en bicicleta, nadar y correr en bicicleta y al Distrito de los Lagos para nadar y correr, y la preparación de la noche anterior se convirtió en uno de los momentos más importantes de mi calendario de carreras.

Ya no me avergüenzo de mis actuaciones, ya no siento la necesidad de excusarme con la cláusula "cuando yo era mejor..." Este año incluso me he animado a correr algo de ciclocross y he recordado toda la alegría que puede dar ser un completo novato, la curva de aprendizaje empinada pero equilibrada por la facilidad de progresión. Y los logros no siempre tienen que ser deportivos: aprobé mi cuarto año de medicina, ¡y eso se merecía una palmadita en la espalda!

Volver a hacer deporte sin definirme como atleta ha sido difícil a veces, y estoy a punto de embarcarme en otro reto: el mundo laboral. Salvo catástrofe, en agosto de 2019 seré médico de pleno derecho y trabajaré en un hospital cercano, en una zona del país aún por determinar. La transición de un atleta que se retira se reconoce cada vez más como un periodo tumultuoso, pero no se presta tanta atención a los muchos atletas de talento que cada año se gradúan en la universidad sin conseguir financiación de su NGB, y que aunque tienen talento, no tienen lo que necesitan o no quieren dedicarse a tiempo completo a su deporte. ¿Qué ocurre con todos ellos? ¿Los muchos otros que desaparecen en el mundo laboral? Es un gran paso adelante, y el mundo laboral también puede ser muy gratificante, pero compaginarlo con el deporte no siempre es la tarea más fácil, sobre todo cuando eres un novato. A veces, basta con presentarse, pero incluso eso puede suponer un reto, sobre todo para los recién licenciados que se ven obligados a viajar de un lado a otro del país cada semana para trabajar en nuevos proyectos. No deberías tener que decidir entre tu carrera profesional y el deporte, del mismo modo que no deberías tener que decidir entre tu titulación y tu formación, pero a veces es difícil no sentirse así.

Para seguir adelante incluso cuando parece que estás pedaleando hacia atrás, al igual que el montón de chicas adolescentes que son tan difíciles de retener en el deporte de competición, se necesita un sentido de disfrute y amor por el deporte, que va mucho más allá de cualquier medida cuantitativa jamás podría mantenernos de vuelta cuando el acto de malabarismo se pone difícil. Y a veces basta con reconocer que es difícil. Sin duda, Lucy Gossage es una mujer deslumbrante, que demuestra que no es imposible mantener el equilibrio, superando pruebas de larga distancia como profesional mientras trabaja como médico, pero sin duda no es la norma, y sin duda requiere un esfuerzo sobrehumano. Así que con los propósitos de Año Nuevo y 2019 cada vez más cerca, ¿qué es lo siguiente para mí? Es difícil saber lo que nos depara el futuro, salvo pasillos de hospital brillantemente iluminados y rotaciones de trabajo frustrantemente desorganizadas, pero por ahora estoy aprovechando al máximo Yorkshire, el lugar que he tenido la suerte de llamar hogar durante los últimos seis años. Yorkshire tres picos, te estoy mirando, con los ojos muy abiertos y las piernas desprevenidas... pero si no te supone un reto... ¡ya conoces el resto!
Cambio y corto 2018, ¡hora de ver qué nos depara el nuevo año!

Escrito por

Sarah Hodgson