La mayoría de nosotros ya estamos un poco hartos de estas medidas restrictivas del encierro 3.0, pero es importante que las cumplamos. Se nos permite salir una vez al día para hacer ejercicio y debemos aprovecharlo al máximo. Mucha gente ha visto interrumpida su rutina diaria normal en los últimos 10 meses, trabajando desde casa, y nuestros regímenes normales de ejercicio también pueden haberse visto afectados. Mantener un régimen de ejercicio puede parecer la menor de sus preocupaciones en este momento, pero hablando desde la experiencia, puede ser clave para la salud mental.

Durante la pandemia he trabajado desde casa y mi motivación para entrenar se ha resentido. Soy triatleta y mi disciplina favorita es la natación, por lo que me he visto privado de ella, ya que las piscinas están cerradas y la natación en aguas abiertas depende mucho de la temperatura. Esto, junto con el hecho de no tener carreras para las que entrenar, ha afectado a mi motivación. Empecé a dormir hasta más tarde de la hora del despertador (¡soy una persona que hace ejercicio por las mañanas!), luego pospuse mi sesión de carrera o bicicleta hasta la hora de comer, luego la volví a posponer para no tener "prisa" en mi descanso, ¡luego llegué a la noche y no quería salir de casa por cualquier excusa que se me ocurriera! Me di cuenta enseguida de que esto me estaba sumiendo en una espiral descendente, me estaba aislando aún más y no salía a tomar el aire. Me volví inquieta y ansiosa muy rápidamente.

Necesitaba algún tipo de estructura en mi día a día y el entrenamiento me ayudó a conseguir esa normalidad. De repente fue como si se hubiera encendido un interruptor en mi cabeza y me diera cuenta de que necesitaba hacer ejercicio para mantener mi salud mental, sola o acompañada. Incluso empecé a hacer turbo por la mañana en el garaje y a aprovechar la hora de comer para dar un paseo con un amigo. Estoy muy contenta de haberme dado cuenta de esto desde el principio y ha hecho que los demás encierros sean mucho más fáciles. La estructura de mi día me hizo más productiva y sentí que había conseguido algo con mi jornada. También dormía mejor y, en general, empecé a tener una visión más positiva del futuro. El ejercicio es una de las herramientas más poderosas que tenemos para mantenernos sanos tanto física como mentalmente.

Mis consejos para mantenerse activo durante el encierro:

1. Haz un plan.
Crea un programa semanal sobre lo que vas a hacer y cuándo y haz todo lo posible por cumplirlo. Eso es, aunque llueva, sal a correr. Si está helado, sustitúyela por un paseo, pero no te rindas a no hacer nada.

2. 2. Encuentra un horario que te vaya bien.
Para mí, hacer ejercicio solía ser mejor por la mañana, antes de ir a trabajar, pero ahora, como trabajo desde casa, me parece que entrenar a la hora de comer es mejor, ya que me altera el ritmo del día (además de aprovechar al máximo la luz del día, que es una ventaja).

3. ¡Dilo en voz alta!
Dile a alguien que vas a hacerlo, compártelo con un amigo, motivaros mutuamente y rendid cuentas de vuestros actos. Será menos probable que te saltes una sesión si alguien te pregunta cómo te ha ido.

4. Especifica tus objetivos y haz un seguimiento de tus entrenamientos.
Cuando redactes tu plan, márcate objetivos pequeños pero alcanzables; lo mejor son los objetivos de tiempo, ya que si tienes que cambiar un entrenamiento, por ejemplo, de correr a andar porque está helado, sigue siendo alcanzable. Hacer un seguimiento de tus entrenamientos puede ayudarte a sentirte realizado, a animarte y a rendir cuentas.

5. Intente salir al aire libre una vez al día.
Aunque técnicamente podrías hacer todo el ejercicio en casa, intenta salir una vez al día, el aire fresco y el sol mejorarán tu salud mental.

El ejercicio puede ayudarnos a superarlo. Mantente positivo y sigue avanzando. Comparte tu entrenamiento de encierro en las redes sociales y etiqueta a @scienceinsportAdemás, ¡recuerda echar un vistazo a la gama SIS para alimentar tus objetivos de entrenamiento!

 

Escrito por: Dra. Emily Jevons

Emily trabaja en Science in Sport desde 2021. Doctora en Fisiología del Ejercicio y Nutrición, actualmente proporciona asesoramiento nutricional a atletas de resistencia. Emily no sólo entiende la ciencia que hay detrás de las soluciones de nutrición del rendimiento, sino también las exigencias fisiológicas y psicológicas del deporte tras haber competido en natación y triatlón durante varios años.