En el pasado, cuando oía hablar de atletas que se convertían en profesionales o llegaban a lo más alto de su carrera, parecía un proceso lineal: si tenías el talento suficiente, entrenabas lo bastante duro y eras lo suficientemente aplicado, lo conseguirías. Puede que fuera ingenuo, pero yo también lo creía. Sin embargo, lo que no se ve ni se oye es la otra cara de la moneda; las lesiones, los contratiempos y las decisiones equivocadas, que en conjunto, a pesar de la frustración, las lágrimas y los costes, hicieron que esos atletas perseveraran y nunca se rindieran hasta encontrar lo que necesitaban para desafiar en un escenario mundial. "Contratiempo tras contratiempo durante los dos últimos años me obligaron a aprender y desafiar mis creencias, enfoques y estilo de vida actuales para volver a rendir al máximo". Mi camino para convertirme en triatleta profesional fue exactamente este. Contratiempo tras contratiempo durante los últimos dos años me obligaron a aprender y desafiar mis creencias, enfoques y estilo de vida para volver a rendir al máximo y, finalmente, obtener mi licencia profesional en julio de 2017. Uno de los aspectos principales que me vi obligado a aceptar, comprender y aplicar fue el poder de la nutrición no sólo para mejorar la salud, sino también el rendimiento, y sí, lo aprendí por las malas. Hace 18 meses, cuando me diagnosticaron una fractura del sacro por estrés, me dijeron que los daños causados por una mala alimentación en la adolescencia podían haber arruinado mis posibilidades de volver a competir, por no hablar de convertirme en profesional. A los 13 años, la necesidad y el deseo de rendir más, de esforzarme más y de conseguir los mejores resultados deportivos me llevaron a luchar durante cuatro años contra la anorexia, porque me convencí de que la única forma de triunfar era adelgazando. Irónicamente, esta búsqueda de la excelencia hizo todo lo contrario, pero creo que me llevó a donde estoy ahora, ya que tuve que volver a aprender a comer no sólo por salud, sino también por rendimiento. Sin esta llamada de atención no habría visto la necesidad de buscar asesoramiento nutricional y aplicar los hechos, no las modas, a mi entrenamiento. A base de ensayo y error he llegado a comprender los requisitos que necesita mi cuerpo para rendir y recuperarse, y al mismo tiempo funcionar como una chica sana de 24 años. Estos sencillos cambios me han convertido en una atleta mucho más fuerte y rápida que cualquier pérdida de peso forzada. El apoyo continuo de Science in Sport me ha permitido utilizar productos que no sólo benefician mi rendimiento, sino en los que creo gracias a la ciencia y a las pruebas que los respaldan. "Entrenar para convertirte en el mejor atleta que puedas ser es cuestión de constancia durante un largo periodo de tiempo, realmente no hay atajos". Además, el proceso de aprendizaje de mis necesidades personales como atleta me ha llevado a ser más consciente de mí misma y a tener más confianza para escuchar a mi cuerpo y responder en consecuencia. Esta confianza en mi capacidad y mis sensaciones me llevó a cambiar mi forma de entrenar hace un año y a tener confianza para expresar cómo reacciona mi cuerpo, tanto positiva como negativamente. Entrenar para convertirse en el mejor atleta es cuestión de constancia durante un largo periodo de tiempo, no hay atajos. Habrá altos y bajos, pero lo que cuenta es la media y la capacidad de seguir adelante. He aprendido a entender que una sola sesión no hará a un atleta, pero puede romperlo. Sí, es frustrante cuando surgen esos momentos en los que el cuerpo dice que no, pero el poder de aceptar esos momentos y resistir el impulso de luchar contra el cuerpo crea un atleta más fuerte a largo plazo. Antes habría machacado más a mi cuerpo porque creía que era débil y que necesitaba sufrir para ser más fuerte, pero pronto aprendí que eso no era cierto: mi cuerpo no es una máquina y debo respetarlo. Esta toma de conciencia me ha llevado a estar más preparada para las carreras, porque ya no me preocupa lo que hacen o dejan de hacer los demás atletas, sino que me centro en lo que tengo que hacer yo para rendir al máximo. Además, esta mayor confianza en mí mismo y en el equipo que me rodea me ha hecho comprender que necesito comprometerme al 100% con el entrenamiento, la alimentación y la competición para convertirme en el mejor atleta posible a largo plazo. No voy a sacrificar una pequeña victoria ahora por un objetivo mayor: como atleta, he luchado demasiado como para volver a decepcionarme con decisiones pobres e ingenuas. Gracias al apoyo de mi equipo que me rodea y, por supuesto, a Science in Sport estoy emocionado y listo para dar un paso adelante y competir junto a los mejores del mundo en 2018, estoy realmente agradecido por esta oportunidad y por la oportunidad de ser ese atleta fuerte y exitoso una vez más". Escrito por Science in Sport