Son unos pocos elegidos los que tienen el privilegio de ser atletas a tiempo completo, y yo estoy aprendiendo rápidamente por las malas desde que hace un mes me licencié como Médico Junior. A medida que se acercan las noches oscuras y disminuye la temporada de carreras, a veces también lo hace nuestra motivación. Entonces, ¿cuál es la mejor manera de mantener la motivación durante el invierno, seguir progresando y evitar acumular kilos? He aquí algunos consejos: 1) Tómate un pequeño descanso. Competir durante toda la temporada pasa factura tanto física como mentalmente. Asegúrate de sentirte renovado antes de atacar la carga de trabajo invernal. 2) Ten un plan. ¿Qué te gustaría conseguir la próxima temporada? ¿Cómo vas a conseguirlo? ¿En qué necesitas trabajar? Aquí es donde un entrenador puede resultar útil para orientarte sobre la mejor forma de alcanzar tus objetivos y hacerte responsable de ellos. A menudo, el invierno puede ser una buena oportunidad para trabajar tu fuerza en el gimnasio o construir una buena base de resistencia. 3) La constancia es la clave. Siempre habrá momentos en los que surjan acontecimientos laborales, familiares o sociales que te obliguen a cambiar de entrenamiento una semana, pero en general, mantener una rutina te ayudará. En invierno, intento hacer mis sesiones de camino al trabajo y de vuelta, porque sé que en cuanto cruzo la puerta y me siento en el sofá, se acabó el juego. Intenta encontrar una rutina que te funcione, y es más probable que la mantengas cuando las cosas se pongan difíciles. Póntelo más fácil, ya sea yendo al trabajo en bici, montando una bicicleta estática, corriendo en un grupo de entrenamiento con amigos o simplemente prometiéndote diez minutos en la sauna después de una sesión de natación: si puedes esperar algo del entrenamiento, es mucho más probable que lo hagas. 4) Asegúrate de que llevas el equipo adecuado. Una bici que se cae a pedazos y un impermeable sudoroso no te van a animar a salir por la puerta cuando por fin llegue el fin de semana y, como era de esperar, la previsión sea de lluvia constante hasta que vuelvas a tu despacho el lunes por la mañana. Haz también un favor a tus compañeros de ruta y ponle unos guardabarros adecuados a tu moto para el invierno, lo agradecerán tanto como tú. 5) Abastécete bien. Cuando la luz del día es tan limitada, entrenar entre semana puede significar a menudo hacer sesiones justo antes y después del trabajo. Nada desanima tanto una sesión como tener hambre de antemano. Asegúrate de comer bien a lo largo del día, y yo siempre llevo en el coche un alijo de cafeína, barritas energéticas GO y pastillas de electrolitos para asegurarme de que nunca me falte nada. Durante el invierno, también tomo suplementos de vitamina D y comprimidos efervescentes de vitamina C y hierro para mantenerme sana para la carga de trabajo que me espera. Escrito por Sarah Hodgson